Buenas tardes mis amig@s estudiantes Gestión Comunitaria de Séptimo arte y algo más:
continuando con nuestra progamación presentaremos la espectacular película
CINEMA PARAÍSO DEL DIRECTOR ITALIANO GIUSEPPE TORNATORE, el jueves 25 de octubre
del año en curso.
TÍTULO DE LA PELÍCULA 2: CINEMA
PARAÍSO.
HORA: 2 Y 45 DE LA
TARDE
LUGAR: SALA DE AUDIOVISUALES
INSTITUCIÓN EDUCATIVA.
SINOPSIS:
Durante la década de 1980 en Roma, Italia, el famoso director de
cine italiano Salvatore Di Vita (Jacques Perrin) vuelve a
casa tarde una noche, donde su novia dormida le dice que su madre lo llamó para
decirle que alguien llamado Alfredo (Philippe Noiret) ha
muerto. Está claro que Salvatore tiende a alejarse de las relaciones
comprometidas y que no ha vuelto a su pueblo natal de Giancaldo, Sicilia, en 30
años. Cuando ella le pregunta quién es Alfredo, Salvatore empieza a recordar su
infancia.
La mayor parte de la película tiene lugar en
esta retrospectiva, que tiene lugar poco después de la Segunda Guerra
Mundial a finales de la década de 1940. Nos encontramos con Salvatore, el
hijo travieso, muy inteligente, de una viuda de guerra. Con seis años de edad,
Salvatore, conocido como Totó, descubre su amor por las primeras
películas y pasa cada momento libre en el cine local Cinema Paradiso,
donde desarrolla una amistad con el paternal proyeccionista, Alfredo, que siente
compasión por el joven y a menudo le permite ver películas en la cabina de
proyección. En las escenas de varias de las películas que se muestran, hay
frecuentes abucheos de la audiencia, durante la "censura" de secciones. Las
películas de repente saltan, eludiendo las escenas besos o abrazos. El sacerdote
local ha ordenado que estas secciones se recorten. Alfredo guarda estas
secciones en su cabina. Al principio, Alfredo ve a Totó como una molestia, pero
al final le enseña a Salvatore cómo proyectar películas. El montaje termina
cuando el cine se incendia, ya que la película en aquellos días era de
nitrocelulosa altamente inflamable. Salvatore salva la vida de Alfredo, pero no
antes de que los rollos de película exploten en la cara de Alfredo, dejándolo
permanentemente ciego. El Cinema Paradiso es reconstruido por un ciudadano de la
ciudad, Ciccio, que invierte sus ganancias en la lotería de fútbol en el
mismo. Salvatore, aunque todavía un niño, es contratado para ser el nuevo
proyectista, ya que es el único en la ciudad que puede hacer funcionar las
máquinas.
La película salta bruscamente hacia adelante
una década o más. Salvatore, ahora en la escuela secundaria, sigue siendo el
proyeccionista en el Cine Paradiso. Su relación con el ciego Alfredo sólo se ha
fortalecido, y Salvatore a menudo busca su consejo; consejo que a menudo
dispensa Alfredo citando a películas clásicas. También vemos que Salvatore ha
comenzado a experimentar con el cine con una cámara de cine en casa, y conoce y
filma a una nueva chica, Elena, hija de un rico banquero. Vemos a Salvatore
atraer -y ganar- el corazón de Elena, sólo para perderla debido a la
desaprobación de su padre. Como Elena y su familia se mudan, Salvatore se va de
la ciudad para servir en el servicio militar obligatorio. Sus intentos de
escribir y mantener el contacto son Elena son infructuosos, sus cartas siempre
se las devuelven como no entregadas. A su regreso del servicio, Alfredo sugiere
a Salvatore irse permanentemente, diciendo que el pueblo es demasiado pequeño
para que Salvatore cumpla sus sueños. Por otra parte, el anciano le dice que una
vez que se vaya, él debe seguir su destino de todo corazón y nunca mirar hacia
atrás y no volver nunca; nunca volver a visitarlo, para no ceder a la nostalgia,
no escribir o incluso pensar en ellos.
De vuelta al presente, entendemos que Salvatore
ha obedecido a Alfredo, pero ahora vuelve a casa por primera vez desde que se
fue para asistir al funeral. A pesar de que su ciudad natal ha cambiado mucho,
ahora comprende por qué Alfredo pensó que era tan importante que él fuera. La
viuda de Alfredo le dice que el viejo habia seguido los éxitos de Salvatore con
total orgullo y le ha dejado algo: un carrete de película sin etiqueta y un
pequeño banco que Salvatore usaba para poder hacer funcionar el proyector.
Salvatore llega a conocer durante su estancia de corta duración, que el edificio
del Cinema Paradiso va a ser demolido para dar paso a un nuevo aparcamiento de
la ciudad. En la demolición, reconoce muchas de las personas con las que él
había convivido en su juventud como proyeccionista en el cine.
Salvatore regresa a Roma. En este momento de la
liberación del carrete de 123 minutos, observa y descubre que se trata de un
montaje muy especial. Es de todas las escenas de besos que el sacerdote ordenó
que se corte de las bobinas. Alfredo ha empalmado todas las secuencias entre sí
para formar una sola película. Por último, parece que Salvatore ha hecho las
paces con su pasado.
POSTER DE LA PELÍCULA: TRAILER DE LA PELÍCULA:
Cinema Paradiso (1989) de
Giuseppe Tornatore - Crítica
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Conmovedora
y profunda película de Giuseppe Tornatore, una de las más destacadas de la
carrera del director italiano que incluye otros títulos interesantes como "Pura
formalidad" (1994), "El hombre de las estrellas" (1995), o "Malena" (2001). En
"Cinema Paradiso (Nuovo Cinema Paradiso)", Tornatore relata la historia de la
relación de amistad que se establece entre Totò, un niño huérfano en un pequeño
pueblo de Sicilia en la Italia de la posguerra, y Alfredo, el proyeccionista del
cine del pueblo; el cine Paraíso.
A través de esta historia, el director aborda las diferentes etapas de la vida de Totò desde su infancia hasta su madurez, en la que ya convertido en un director de cine reconocido, recibe la noticia de la muerte de Alfredo. El relato de esta relación lleva a abordar la naturaleza de algunos elementos constitutivos de la existencia humana como la amistad, el amor, la identidad, el paso del tiempo, la memoria o la muerte.
La
historia comienza cuando Salvatore, un director de cine en la Roma de finales de
los años setenta, recibe la noticia de una llamada de su madre desde su pueblo
natal de Giancaldo, en Sicilia, al que no ha regresado en más de treinta años.
Cuando escucha que el motivo de la llamada de su madre es la muerte de Alfredo
su gesto se descompone y su memoria le lleva a finales de los anos cuarenta, en
la Sicilia de la posguerra y su infancia en Giancaldo.
La historia se divide así en tres partes diferenciadas abarcando la niñez, primera juventud y madurez del personaje de Salvatore. Las dos primeras son realmente la base constitutiva de la historia y donde se relata la relación entre Totò y Alfredo en Giancaldo en los años de niñez y primera juventud de Totò. La tercera sirve esencialmente para apoyar el desenlace de la historia, narrando el regreso de Totò, ya convertido en Salvatore, a Giancaldo para el funeral de Alfredo.
La
mayor parte de la historia se narra por tanto en retrospectiva, a modo de
flash-back en el que Salvatore rememora los principales episodios de su amistad
con Alfredo desde que siendo niño y huérfano, comienza su relación con el
proyeccionista y su pasión por el cine. Ya en su adolescencia, la figura de
Alfredo se convierte en la de guía y mentor para Totò, no solo en el aprendizaje
del oficio de proyeccionista sino también respecto al amor y la vida.
Finalmente, es Alfredo quién impulsa a Totò a abandonar Giancaldo y empezar una nueva vida que culminara con el logro de su sueño de convertirse en cineasta. En la recreación de la partida y el viaje abandonando sus orígenes para comenzar una nueva vida, la historia recuerda a otras películas italianas situadas en el mismo periodo como "I Vitelloni" (1953).
La
película destaca especialmente por el carácter universal de los temas abordados
como la amistad, el amor, el paso del tiempo, la muerte o el recuerdo. Y lo hace
sin caer en lo convencional ni los estereotipos.
En el tratamiento de los principales temas de la historia (la muerte de Alfredo; el regreso de Salvatore a Giancaldo; la amistad entre Toto y Alfredo; el amor del joven Salvatore hacia Elena; o la pasión de los habitantes del pueblo por el cine), los personajes y sus relaciones aparecen de manera natural y sincera, y el espectador se identifica con ellos desde el primer momento. Junto a esta base temática de carácter universal, la película evoca igualmente muchos aspectos relativos a la realidad específicamente italiana de dicho periodo. Entre ellos cabe destacar: la recreación de la vida en un pequeño pueblo siciliano; la infancia, el papel de la iglesia, la censura y la escuela en la Italia de la posguerra, que recuerda a escenas de "Amarcord" (1973) de Federico Fellini; los comienzos de la inmigración hacia Alemania; la transferencia de poder de la Iglesia a poderes políticos y económicos; o la desaparición de toda una época de la historia del cine en Italia con la demolición del cinema paradiso, que recuerdan similar planteamiento en películas como "Splendor" (1988) de Ettore Scola.
La
película es igualmente un homenaje al cine y sus estrellas. Varias escenas que
muestran a los habitantes de Giancaldo asistiendo a las proyecciones resultan
simplemente memorables, mostrando no sólo la experiencia de ver películas en los
habitantes de la Sicilia rural en los años cincuenta, sino el impacto que el
cine, sus historias y sus estrellas tuvo en la sociedad y sus costumbres.
La película esta repleta de referencias a grandes películas, desde "La diligencia" (1939) a "El jeque Blanco" (1953), y figuras de la historia del cine como Charles Chaplin, Buster Keaton, Clark Gable, Henry Fonda, John Wayne, Jimmy Stewart, Brigitte Bardot o Marilyn Monroe, por citar algunos de los que aparecen mencionados o retratados en la película.
Respecto
a las interpretaciones, cabe destacar a Philippe Noiret, excelente actor, que en
su papel de Alfredo consigue con su aspecto cálido y su carácter próximo
transmitir una sencillez y serenidad esenciales para la historia.
Evoca la figura no solo paterna para el Totò niño, sino también de guía y mentor para el joven Salvatore, y de conciencia y memoria para el Salvatore adulto. En su función de personaje de motor y referente en la transformación de la identidad de otra persona, y con el paisaje del mediterráneo al fondo, recuerda a su interpretación de Pablo Neruda en "El Cartero" (1994). Como señalado anteriormente, el papel de Totò es interpretado por tres actores diferentes correspondientes a la infancia (Salvatore Cascio), juventud (Marco Leonardi), y madurez (Jacques Perrin) del personaje. Las tres interpretaciones cumplen su cometido y permiten hacer verosímil la continuidad en la historia, aunque, como suele ser el caso, es especialmente emotiva la interpretación de Salvatore Cascio como Toto niño y que evoca otros personajes infantiles de películas del neorrealismo italiano como el papel de Bruno (Enzo Staiola) en la película de Vitorio de Sica, "Ladrón de Bicicletas" (1948), o el de Edmund (Edmund Köhler) en "Germania Año Cero" (1947) de Roberto Rossellini.
Destaca
igualmente la música de Ennio Moricone que recrea de manera excelente la
atmósfera de emotividad y nostalgia de la historia. Finalmente cabe señalar que
Cinema Paradiso recibió merecidamente múltiples premios y reconocimientos, entre
ellos el Óscar y el Globo de oro a la mejor película extranjera.
En
definitiva, una conmovedora historia sobre la naturaleza de la existencia humana
en sus diferentes etapas desde la infancia y la adolescencia hasta la madurez, y
una reflexión sobre algunos de sus elementos constitutivos como la amistad, el
amor, la identidad, el paso del tiempo, la memoria o la muerte.
Todo esto con el cine como principio y final, y con varias décadas de la historia de Italia como trasfondo. Una película inolvidable que, como toda obra maestra, difícilmente dejará indiferente al espectador.
Tomás
Soria
No
está a la altura la interpretación del joven Salvatore que realiza Marco
Leonardi (“Como agua para chocolate”), pues no resulta tan interesante como el
Salvatore maduro, o tan despierto y curioso como el pequeño Totó. Pese a todo la
interpretación funciona, tal vez porque Leonardi aparece arropado por un elenco
de buenos secundarios representando a los variopintos personajes del pueblo.
La
gente llora, ríe, crece, tiene sexo, se alimenta, se relaciona, se grita en la
sala del Cinema Paradiso - qué ambiente tan diferente al que se respira
en algunas salas de cine actuales, que rezuman “intelectualidad” por los cuatro
costados...
Conforme pasan los años vemos cómo se desarrolla la vida en el pueblo a través del cine, así como el cambio en el cine mismo a través de la selección de Tornatore de películas reales que son proyectadas en la ficción del film.
Claro,
hay una historia de amor en la película (entre Salvatore y la joven Elena), pero
el verdadero “idilio” es el que se da entre el protagonista y el Cine, con
mayúscula y con todo lo que supone. Tributo sentimental de Tornatore, y por qué
no, cursi, pero con una cursilería paradójicamente tan genuina que hasta al
espectador más duro, a poco que le guste el cine, se le saltará alguna que otra
lágrima.
¿Cómo olvidar la mítica escena en que el maduro y consagrado Salvatore asiste, en un patio de butacas vacío, a la proyección de todos los besos eliminados del metraje por la censura, que Alfredo (Noiret) ha guardado cuidadosamente y montado para él, a modo de regalo póstumo? Después de tantas y tantas películas que nos muestran el lado más frívolo y “real” de la industria del cine, ¡los románticos tenemos derecho a una película como esta, aunque algunos la acusen de sensiblona!
Por
último destacaremos la banda sonora, ni más ni menos que de Ennio Morricone (con
la colaboración de Andrea Morricone), que seguro le será familiar a más de uno,
incluso si no ha visto la película.
Giuseppe
Tornatore conjugó los sueños de todo cinéfilo, vivir en una fábula donde cada
caída signifique un levantamiento más fuerte, donde se puede jugar con el
tiempo, con la tristeza y con la alegría, un mundo al cual tan solo podemos
observar y añorar.
Magnificas
interpretaciones de los tres Salvatore, el adulto, el joven y el niño; con
especial mención de los dos últimos, quienes sencillamente se roban la película
con el carisma que impregnaron a las andanzas del personaje central; también
tenemos el privilegio de contar con Philippe Noiret , quien brinda una
encarnación sencillamente magistral como el bondadoso operador del
cinematógrafo.
La
partitura de Ennio Morricone jamás defrauda, al igual que la hermosa fotografía
de Blasco Giurato y por sobre todas las cosas cabe admirar el magnifico trabajo
de Tornatore tanto en el guión como en la dirección de esta bella cinta que ya
forma parte del salón de honor del séptimo arte, un trabajo al cual no le falta
nada, una obra maestra contemporánea.
"Cinema
Paradiso" cuenta además entre sus mejores logros con uno de los finales mas
enternecedores de la historia del cine, un epílogo antológico para un cinéfilo
empedernido como el que les escribe, un momento invaluable para cerrar esta
hermosa y monumental película.
Pierluigi Puccini
RECUERDEN. AMEN LA VIDA DICIENDO NO A LAS DROGAS Y A LA
VIOLENCIA.
"PORQUE EL CINE ES LA MEJOR OPCIÓN PARA
COMPARTIR".
|
En éste blog pedagógico encontrarás todo lo relacionado a los lenguajes del Séptimo arte. Hoy, es el espacio de los jóvenes de los grados Octavo D y Décimo A, quienes a través de la asignatura de las Ciencias Sociales y la Economía, darán una nueva mirada a su enseñanza a través del lenguaje audiovisual.
22 de octubre de 2012
CINEMA PARAÍSO: UNA HISTORIA DE LEALTAD, AMOR, CINE Y VIDA
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Hola profe disculpe por la tardansa del comentario.
ResponderEliminarEsta es una de esas películas que hacen, que uno se reconcilie con el cine. Es una película en la cual observamos el amor por el cine. Tiene amor en la historia pero también tiene amor en lo que rodea la historia.
Me pareció muy bonita, porque prácticamente esta película nos muestra la historia del cine, también observamos que a la gente en esa época si les gustaba el cine y que siempre estaban en cinema paraíso, porque para ellos, ver una película significaba mucho. Lo que no me gusto, de esta película, y se vio reflejado en la historia del cine, es que las películas, eran revisadas primero por los curas de las iglesias, y ellos daban la orden de quitar cualquier escena que para ellos significara porno, así fuera un solo beso, esto no permitía que la gente disfrutara bien de las películas, ya que a toda hora veían lo mismo en una película.
Cabe destacar que esta película prima el amor por un amigo, el amor por las cosas, el amor por el cine y por la familia.
Gracias
Jessica franco