Buenas noches mis amig@s estudiantes de los grados 7C y 7D : Se ha habilitado la entrada para la realización de los comentarios de la espectacular producción cinematográfica la Misión del director Roland Joffé que se proyectará el jueves 6 de octubre del 2016. Plazo para la elaboración del comentario, Sábado 8 de Octubre del año en curso. Adán Ovalle, gestor del proyecto.
ARGUMENTO:
La película comienza junto a las Cataratas del Iguazú, donde los misioneros jesuitas intentan atraer a la fe y la civilización a los indios guaraníes, que vivían en la selva. Tras el fallecimiento, como mártires, de algunos religiosos de la Compañía, el P. Gabriel (Jeremy Irons) encabezará la labor pastoral en solitario acompañado de una Biblia y un oboe. Poco a poco su labor va adquiriendo cuerpo hasta que pasado el tiempo —apoyado por otros sacerdotes y hermanos jesuitas— logra crear las reducciones o misiones en la zona. Estas fueron una especie de comunidades autosuficientes donde los indios eran evangelizados —apartándolos de sus temores paganos— e instruidos en las destrezas técnicas y culturales europeas en el uso de herramientas para la agricultura, la música, etc. además de protegerlos de los tratantes de esclavos. Esta última práctica estaba prohibida por las Leyes de Indias dictadas por los reyes de España, pero, en aquel lugar tan apartado del mundo y con la sustanciosa compra-venta que hacían los vecinos portugueses de los indios capturados (en territorio luso sí estaba permitido), las autoridades locales españolas no sólo hacían caso omiso de la ilegalidad de estas prácticas, sino que se lucraban con ello.
En el medio de esta labor misional, surge el personaje de un cazador furtivo de indios, el capitán Rodrigo Mendoza (Robert De Niro), a quien la traición nacida entre su amante y su hermano arrastrará a una confrontación fratricida (un duelo) con un resultado mortal. A raíz de esto, Mendoza sufre una transformación física y psicológica, ya que siente culpa por la muerte de su hermano y por los indios cazados. Es acogido por la orden jesuita en la ciudad, no obstante lo cual no logra perdonarse a sí mismo. El padre Gabriel le invita a la reconciliación con Dios, con los indios guaraníes y consigo al proponerle ir con él a la selva y ayudar a la labor que llevaban a cabo en una de sus reducciones. El capitán acepta, cargando voluntariamente con sus armas y bagajes, por un territorio accidentado, hasta donde viven libremente los guaraníes. Allí es perdonado por estos —que lo reconocen— y liberado espiritualmente de toda carga pasada. La labor misional va viento en popa, hasta que la situación geoestratégica internacional nubla aquel paraíso en la tierra. El nuncio de Su Santidad, cardenal Altamirano (Ray McAnally), es enviado a aquellas tierras para hacer desaparecer las reducciones jesuitas a través de la vía diplomática y no soliviantar a las potencias de España y Portugal. La supervivencia de la Compañía está en juego en todo el orbe católico. A pesar de todo ello, los misioneros le enseñan la obra realizada —que en la película es elevada al éxtasis con la música de Ennio Morricone— con el objetivo de hacerle desistir de sus propósitos.
El corazón y la inteligencia, la labor pastoral y las exigencias políticas de la época harán dudar al nuncio, que, sin embargo, cederá ante las presiones recibidas creyendo, de este modo, salvar a la Orden y cumplir con su servicio a la Iglesia. Craso error. Años más tarde estalló la Guerra de los Siete Años (1756–1762), un conflicto armado a escala mundial que se desarrolló tanto en Europa como en América y Asia. Poco más tarde (1767), la Compañía de Jesús fue expulsada de todas las posesiones de la Monarquía Hispánica —hecho que ya se había dado con anterioridad en otros reinos cristianos como los de Portugal o Francia— y que, en conjunto, fue un desastre para los virreinatos americanos. Al final del largometraje se dará la lucha que afrontarán ahora los jesuitas de las misiones guaraníes y que será de dos tipos; tanto pacífica y espiritual (padre Gabriel), como violenta y mundana (hermano Mendoza), ante la política de hechos consumados que resultará de la incorporación de aquel territorio a la Corona de Portugal, por medio de las armas.
En el medio de esta labor misional, surge el personaje de un cazador furtivo de indios, el capitán Rodrigo Mendoza (Robert De Niro), a quien la traición nacida entre su amante y su hermano arrastrará a una confrontación fratricida (un duelo) con un resultado mortal. A raíz de esto, Mendoza sufre una transformación física y psicológica, ya que siente culpa por la muerte de su hermano y por los indios cazados. Es acogido por la orden jesuita en la ciudad, no obstante lo cual no logra perdonarse a sí mismo. El padre Gabriel le invita a la reconciliación con Dios, con los indios guaraníes y consigo al proponerle ir con él a la selva y ayudar a la labor que llevaban a cabo en una de sus reducciones. El capitán acepta, cargando voluntariamente con sus armas y bagajes, por un territorio accidentado, hasta donde viven libremente los guaraníes. Allí es perdonado por estos —que lo reconocen— y liberado espiritualmente de toda carga pasada. La labor misional va viento en popa, hasta que la situación geoestratégica internacional nubla aquel paraíso en la tierra. El nuncio de Su Santidad, cardenal Altamirano (Ray McAnally), es enviado a aquellas tierras para hacer desaparecer las reducciones jesuitas a través de la vía diplomática y no soliviantar a las potencias de España y Portugal. La supervivencia de la Compañía está en juego en todo el orbe católico. A pesar de todo ello, los misioneros le enseñan la obra realizada —que en la película es elevada al éxtasis con la música de Ennio Morricone— con el objetivo de hacerle desistir de sus propósitos.
El corazón y la inteligencia, la labor pastoral y las exigencias políticas de la época harán dudar al nuncio, que, sin embargo, cederá ante las presiones recibidas creyendo, de este modo, salvar a la Orden y cumplir con su servicio a la Iglesia. Craso error. Años más tarde estalló la Guerra de los Siete Años (1756–1762), un conflicto armado a escala mundial que se desarrolló tanto en Europa como en América y Asia. Poco más tarde (1767), la Compañía de Jesús fue expulsada de todas las posesiones de la Monarquía Hispánica —hecho que ya se había dado con anterioridad en otros reinos cristianos como los de Portugal o Francia— y que, en conjunto, fue un desastre para los virreinatos americanos. Al final del largometraje se dará la lucha que afrontarán ahora los jesuitas de las misiones guaraníes y que será de dos tipos; tanto pacífica y espiritual (padre Gabriel), como violenta y mundana (hermano Mendoza), ante la política de hechos consumados que resultará de la incorporación de aquel territorio a la Corona de Portugal, por medio de las armas.
RECUERDEN AMEN LA VIDA DICIENDO NO A LAS DROGAS NI A LA VIOLENCIA. DIGAMOS NO AL ACOSO ESCOLAR. PORQUE EL CINE ES LA MEJOR OPCIÓN PARA COMPARTIR.